Plantas para jardines sin riego II. Setos, medianas y borduras.
Mònica Casanovas (bióloga) & Joan Parera (ingeniero técnico agrícola) - info@carex.cat / Artículo publicado en Plantflor Nº 134.
En el número anterior empezamos un ciclo de ejemplos de plantas para jardines de bajo mantenimiento, hablando de especies apropiadas para agrupaciones de arbustivas y subarbustivas.
En este número seguiremos con las plantas de porte arbustivo, pero centrándonos en aquellas que son útiles para la formación de setos, borduras o medianas.
Algunas de las especies de las que hablaremos ya se habían utilizado años atrás (o incluso siglos) para esta función. Podemos recordar, por ejemplo, los jardines renacentistas italianos con setos recortados de Quercus ilex o Buxus sempervirens. En el norte de Granada, los setos de Tamarix gallica delimitaban bancales; a menudo se mezclaban con algunos ejemplares de Elaeagnus angustifolia. O bien pequeños huertos de la misma zona se protegían con barreras defensivas de Lycium intricatum.
En los últimos tiempos algunas de estas plantas han caído en el olvido a favor, sobre todo, de algunas pocas de la familia de las cupresáceas y una pequeña gama de arbustos latifolios. Evidentemente que son especies que se adaptan muy bien a la formación de setos. Pero existen también otras opciones para añadir a esta lista.
Podemos así aumentar la variedad y con ella las posibilidades estéticas de los setos, adaptándolos a cada función concreta. Por ejemplo, ¿necesitamos que sean siempre totalmente opacos o en determinados casos podemos estar abiertos a la variabilidad estacional que nos ofrecen las plantas caducifolias? ¿qué opciones tenemos para hacer barreras espinosas? ¿podemos hacer un seto con especies autóctonas de la zona y más integrado en el entorno? ¿y si no queremos renunciar a las flores? ¿o si nos apetece una alternativa más naturalizada y menos recortada?
Muchas de ellas, como ya es habitual en plantas del entorno mediterráneo, tienen un crecimiento lento. Pero esto que puede parecer una desventaja en un primer momento, se convierte luego en un aliado al poder reducir la frecuencia de las podas.
Tal y como comentamos en el artículo anterior, la mayoría de las especies que trataremos a continuación también son aptas para formar agrupaciones de arbustivas.
Las presentamos siguiendo los criterios de persistencia de las hojas y presencia o ausencia de espinas.
Arbustos perennifolios
Tetraclinis articulata es un árbol de la familia de las cupresáceas que vive en vertientes sublitorales, secas y soleadas. En la Península Ibérica se concentra sólo en las montañas alrededor de Cartagena; su área de distribución se completa entre el norte de África, Malta y Chipre. Es muy parecido al ciprés, tanto en el porte como en la ramificación, así como en las hojas y el fruto, aunque coge más envergadura. Tiene la ventaja de que aguanta muy bien la sequía y es muy poco sensible a plagas y enfermedades. Tolera tanto los suelos calizos como silíceos y tiene unos requerimientos mínimos en nutrientes. Es una especie con un gran potencial dentro del mundo de la jardinería de bajo mantenimiento.
En la familia de las oleáceas encontramos buenas especies para setos. Phillyrea angustifolia o P. latifolia son arbustos que se extienden tanto por el litoral mediterráneo como en zonas más interiores. Se adaptan bien a distintas condiciones edáficas, toleran bien la sequía y son poco sensibles a plagas y enfermedades. Admiten bien el recorte y se consiguen setos ordenados y compactos. Su carácter esclerófilo hace que mantengan un aspecto ornamental muy estable durante todo el año. La floración no es demasiado interesante porque, aunque abundantes, las flores son pequeñas y no llaman mucho la atención. Olea europaea var. sylvestris comparte muchas características con las anteriores (floración, estabilidad estacional, resistencia al recorte, compacidad…). Y aunque su crecimiento es más lento, la integración de los acebuches y sus tonalidades plateadas con el entorno mediterráneo, permite conseguir setos muy elegantes.
En esta misma línea de los olivos silvestres está la encina. Quercus ilex también admite muy bien el recorte y se consiguen setos elegantes y de altura considerable.
Rhamnus alaternus, Pistacia lentiscus y Viburnum tinus tienen también comportamientos similares a las anteriores, pero se consiguen efectos distintos. R. alaternus y V. tinus toleran condiciones de sol y media sombra. El durillo, además, añade al seto el interés de la floración, que empieza ya a finales de invierno; con esta especie se consiguen buenos resultados si no se pretende un recorte perfecto. P. lentiscus hace ya tiempo que se planta con esta finalidad y con muy buenos resultados; resulta muy ornamental por el color verde vivo del follaje y tolera muy bien la poda.
Myrtus communis ‘Tarentina’ es una buena alternativa para borduras. Se trata de un cultivar de hojas más pequeñas y entrenudos más cortos, que dan a la planta un porte general más pequeño y compacto. Puede utilizarse además en zonas a media sombra (situación en la que demanda menos agua que si se dispone a pleno sol). La floración es vistosa y se alarga hasta bien entrado el verano.
En la misma tendencia de setos bajos o borduras encontramos Coronilla valentina, cultivada como ornamental en la Península Ibérica y las Baleares, y en muchos casos subespontánea o naturalizada. Puede llegar sólo a 1 m de altura, es de crecimiento más rápido que las anteriores y tiene el gran atractivo de la floración abundante y amarilla, que atrae a los himenópteros. Tolera bien las podas, siempre que no sean drásticas; convine no hacerlas ni durante la parada estival ni durante el invierno.
Arbustos perennifolios espinosos
La protección que ofrecen los setos espinosos puede ser útil en muchos casos (pastoreo, excesiva presión humana, etc).
Rhamnus lycioides ssp. lycioides es un endemismo de la Península Ibérica, que crece en espinares y maquias, en suelos preferentemente calizos, pedregosos, esqueléticos y muy secos, hasta los 100 m s.n.m. Las hojas son pequeñas y no muy densas, pero es un arbusto ramoso, con las ramas muy entrelazadas y acabadas en fuertes espinas, de manera que resulta impenetrable. Tiene un crecimiento lento.
Igual que otras especies perennifolias del mismo género, Quercus coccifera tiene un crecimiento lento, pero rebrota muy bien des de la base, con lo que pueden formarse setos bajos pero densos y también impenetrables por el carácter espinoso del margen de las hojas.
Arbustos caducifolios
Cotinus coggygria es un arbusto de hasta 3-4 m de altura y 2-3 m de anchura que vive en pendientes secas y pedregosas, des del sur de Europa hasta China. Es muy interesante tanto por la coloración de las hojas (verde brillante primero y rojizas hacia el otoño) como por la floración (plumosas y de color verdoso). Si se desea mantener como seto o mediana naturalizada no es necesario podar tanto y se favorece la floración. En cambio, en setos bien recortados se potencia la densidad del follaje.
Tamarix africana o Tamarix canariensis son más exigentes en cuanto a la humedad edáfica y a la riqueza de nutrientes. Aguantan terrenos salinos y exposiciones al lado del mar. Toleran muy bien las podas, que son interesantes para potenciar las ramas jóvenes con tonalidades púrpura-negruzcas o púrpura-rojizas. Aún así es también muy ornamental como seto o mediana naturalizada, ya que las flores cubren por completo el arbusto en primavera, y en otoño las hojas lo tornan completamente rojizo.
También de ambientes húmedos y que tolera una cierta salinización edáfica es el Vitex agnus-castus, que vive en ramblas y riberas, aunque también tolera una cierta sequía si se dispone en suelos profundos. Tolera bien las podas, pero hay que tener en cuenta de hacerlas a finales de invierno pero antes de la brotada, ya que la floración se produce en las ramas del año. Es importante no renunciar a las flores, tanto por su belleza como por el hecho de que aparecen a finales de primavera y se mantienen en verano. De todas formas, aún sin podar, la planta adquiere naturalmente un porte redondeado y ordenado.
Arbustos caducifolios espinosos
De entrada podría parecer el grupo con menos posibilidades a la hora de formar setos ornamentales. Pero incluso prescindiendo del carácter funcional defensivo de las espinas, a nivel estético todos estos arbustos tienen cualidades que merece la pena destacar.
Punica granatum tiene un entramado de pequeñas ramitas marrón-grisáceas que en el período de brotación se tiñen de las tonalidades rojizas de los brotes nuevos. A ello se añade el verde vivo y brillante de las hojas, donde resaltan las flores, grandes, rojas y acampanadas.
Prunus spinosa y Crataegus monogyna son dos rosáceas de floración abundante, sobre todo P. spinosa, donde resaltan más por el hecho de aparecer justo antes o simultáneamente a las hojas. A C. monogyna hay que añadirle el atractivo de los frutos rojos sobre las ramas sin hojas en invierno. Esta última necesita más riego o suelos más profundos si se dispone a pleno sol.
Como los dos anteriores, Paliurus spina-christi tiene una distribución europea muy amplia, llegando hasta Asia. Se ha introducido en muchos países, pero en el extremo noreste de Cataluña parece que puede ser silvestre. En invierno, cuando está sin hojas, es cuando se aprecian las ramas en disposición zig-zagueante. Las flores son pequeñas pero abundantes y los frutos son unas originales cápsulas en forma de disco, totalmente aladas.
Trepadoras
A veces nos olvidamos de ellas, pero con una simple valla metálica o celosía, pueden ser una buena solución para cercar una zona.
Centrándonos solamente en plantas autóctonas de la península y Baleares, Lonicera peryclimenum ssp. hispanica, Lonicera biflora y Rosa sempervirens son posibles candidatas en vistas a setos semicaducifolios en los dos primeros casos, y perennifolios y espinosos en el segundo.